Como respuesta a las nuevas demandas de la sociedad, el mundo de la educación se ha visto obligado a adaptarse a los tiempos actuales. En este contexto, aparece la metodología CLIL, cuyo principal objetivo es el de permitir/facilitar la enseñanza de las asignaturas curriculares (tales como Historia, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales o Música entre otras) mediante el uso de una lengua diferente de la materna. De esta forma no sólo se aprenden los contenidos propios de las asignaturas sino que también se usa y aprende una segunda lengua.
Esta metodología presenta un marco de trabajo distinto del que estamos acostumbrados a ver en clase. ¿Por qué? Empezaremos diciendo que el protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje deja de ser el profesor para pasar a ser el alumnado. El papel del profesor sigue siendo de suma importancia ya que ambos agentes actúan conjuntamente para alcanzar los objetivos propuestos. Continuaremos señalando el uso de diversos materiales en clase (especialmente las TIC). De esta forma se consigue crear una enseñanza flexible y facilitadora donde se trabajará tanto de manera autónoma como grupal. Además, se hace especial hincapié en el proceso que los alumnos experimentan para resolver las tareas, ya que será en este tiempo cuando los alumnos/as pongan en funcionamiento sus habilidades intra e interpersonales para obtener el producto final. Finalmente resaltaremos el importante papel del inglés, ya que es el canal principal usado para la comunicación.
“Del dicho al hecho hay un trecho” o eso dicen. Veámos a continuación algunas puestas en práctica de esta interesante forma de trabajar:
En el tema de la Tierra y el universo, los alumnos de 3º han hecho una actividad llamada “Scan de text” en la cual trabajarán por grupos. Se reparte un texto a cada alumno que deberán leer cuidadosamente, ya que un representante de cada grupo será el encargado de ir a la mesa central donde estarán las palabras (clave que aparecen en el texto), leer la que toque, volver a su grupo de nuevo y “chivárselas”. Estos deberán escanear el texto y subrayarlas.
Al terminar cada tema de Sociales y Naturales, los alumnos hacen un repaso mediante un “flipbook”. El “flipbook” es una hoja que colocada de manera horizontal, está dividida de la siguiente forma: en la parte central aparece el tema que se está trabajando y los datos del alumno y a ambos lados hay cuadrados que tienen un título. De forma grupal, los alumnos practican de forma oral la información que va en cada sección para finalmente escribirla por la parte de atrás. Así podrán usar esa hoja para repasar en el futuro.
Ahora miro hacia atrás y reflexiono sobre lo que yo hacía en clase. ¿Y qué es lo que pienso? Lo primero que me pregunto es ¿La pedagogía del inglés se aplicaba realmente en clase o es todo esto nuevo ahora? Probablemente estas maestras estudiaron en el mismo sitio que yo, ya que tampoco yo conocía mucho este nuevo enfoque sobre la práctica en el aula...Está claro que ninguna metodología es totalmente la mejor, pero en este país deberíamos aprender a no ser esclavos de las editoriales, como me ha enseñado mi tutora recientemente, hay otras formas de dar clase. Les estaré eternamente agradecida a mis maestras de primaria y las llevaré siempre en el corazón, pero desde el punto de vista académico, y ahora que conozco un poco mejor este mundo, me gustaría haber podido ser parte de estas clases en las que ahora participo. Los alumnos son el centro de la enseñanza y se deja de un lado al profesor de clases magistrales. Ellos tienen la oportunidad de trabajar en grupos, pequeños y más grandes, tienen que trabajar juntos, elegir representantes y ponerse de acuerdo, tienen que hablar en público, expresar sus ideas y explicar los contenidos a otros compañeros, que aunque parezca fácil, no lo es, y con lo que además se demuestra que verdaderamente se han adquirido los conocimientos. Tienen que respetar los turnos de palabra y aprenden que es tan necesario saber hablar como saber escuchar. Esta metodología les implica a ellos en su propio aprendizaje, tienen que pensar y, a la vez, ser activos, no vale sólo con copiar. Y lo mejor de todo es que la evaluación se hace durante el proceso y no con una hoja de papel a secas.
¡Desde luego merece la pena probarla!
Fuente de imagen:
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